A pesar de que una gran mayoría de los 2.600 espías españoles poseen un miembro viril de un tamaño incluso mayor que el de la media de los espías europeos, la nueva vicepresidenta del Gobierno, que es también ahora la máxima responsable del Centro Nacional de Inteligencia, se ha propuesto que todos los espías de ese organismo adquieran la misma fama de buenos amantes que tenía el famoso agente secreto británico, y del que se contaba que jamás decepcionaba a una mujer por muy voraz que ésta fuese. Parece ser que la medida ha causado una fuerte controversia entre las filas de los espías del CNI, pues una buena parte de ellos preferiría, antes que una prolongación de pene, un aumento de bíceps o un reloj bueno con sierra, mejoras que consideran necesarias para salir airosos de algunas situaciones comprometidas, y en las que siete u ocho centímetros más de miembro viril no les servirían de mucha ayuda, aseguran. “Cuando ves que un helicóptero lleno de rusos viene hacia ti lanzándote misiles y blasfemando de tu madre, en lo último que piensas es en abrirte la bragueta”, confiesa uno de los espías consultados por esta redacción. Otros agentes secretos que también discrepan de la medida de Sáenz de Santamaría, preferirían aprender dos o tres llaves más de judo y, por supuesto, más vocabulario de ruso en lugar de la cirugía estética. La vicepresidenta del Gobierno, sin embargo, está decidida a remodelar la plantilla de agentes secretos y ha anunciado también que las 900 mujeres espías del CNI tendrán que optar por llevar a partir de ahora el tercer botón de la camisa siempre desabrochado y fumar como Scarlett Johansson o someterse a un cambio de sexo, con los mismos veintitrés centímetros de pene que tendrán los agentes.
Rokambol New
Sherlock... buscando cm. ... digooo pistas
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