martes, diciembre 17, 2013

En España también hubo Holocausto

Este judío alemán deja dinero en su testamento para abrir fosas del franquismo
La noche de los cristales rotos, del 9 al 10 de noviembre de 1938, Harry Natowitz tenía 10 años y dormía. “Cuando me desperté al día siguiente, yo me había quedado sin colegio y mi padre, sin negocio”, recuerda. Los nazis dedicaron aquella madrugada a quemar los comercios, oficinas y sinagogas judías. “Yo era un niño, pero ya sabía que había un grupo de personas, los nazis, que no nos querían y desde 1936 mis padres no me dejaban jugar en la calle porque entonces la delación era el deporte nacional. Vivía recluido”.
Aquella mañana empezó para la familia una larga huida. Mientras sus padres intentaban conseguir un visado pagando sobornos en cada consulado, Natowitz fue enviado a Amberes con unos parientes. Allí conoció a una persona que iba a marcar su vida hasta su última voluntad: su primo Isidoro Springer, brigadista internacional contra Franco en la Guerra Civil.
“Me llevaba a ver a otros brigadistas y rememoraban durante horas las batallas del Ebro, del Jarama, mientras cantaban canciones del frente. Era la primera vez que oía hablar de España. ¡Solo había ido dos años al colegio! Él hablaba con pena de la Guerra Civil. Era un idealista. Después luchó contra Hitler y murió en una cárcel de la Gestapo en 1943”.
Finalmente, la familia emigró a Bolivia. El Orazio les llevó al puerto de Arica, en Chile. Durante el trayecto, Natowitz vio cómo los nazis infiltrados tiraban sus esvásticas al mar. “En la siguiente travesía, hubo una explosión y el barco se hundió. Nos salvamos por un día”. Una vez en Bolivia, Argentina les pareció “la tierra prometida”, así que tras pagar a unos contrabandistas, llegaron al país que ya había acogido a cientos de exiliados españoles. “Los había de todas partes: gallegos, asturianos, murcianos... Contaban historias muy parecidas a la nuestra. Ellos habían huido del fascismo y nosotros también. Al conocerles, entendí de qué hablaba mi primo brigadista”.
Entre 1968 y 1971, Natowitz estuvo trabajando en Madrid como representante de una empresa alemana de maquinaria industrial, explica ante un bocadillo de jamón ibérico — “me encanta, siempre me llevo a Alemania cuando vengo”—. “Cuando te ganabas la confianza de los clientes, te hablaban del sufrimiento de no haber podido enterrar a su familiar fusilado. Y cuando venían clientes de Alemania pedían ir al Valle de los Caídos, les llamaba mucho la atención. En Alemania es inimaginable que pudiera existir algo así. Es una vergüenza que siga igual que lo dejó Franco”.
Por todo esto, cuando Natowitz se puso a escribir su última voluntad, se acordó de incluir en su testamento a la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica, que ha impulsado la apertura de más de un centenar de fosas desde el año 2000. “Les escribí una carta pidiendo su número de cuenta y se sorprendieron mucho. Me invitaron a un acto de entrega de restos. Pensé que iba a ser un observador neutral, que no me afectaría. Pero lloré como un perro al ver a los hijos y nietos transportar los pequeños cofres llenos de trozos de huesos. Yo perdí 20 familiares durante el Holocausto, cremados en campos de concentración. En España también hubo Holocausto, aunque muchos españoles no sean conscientes. Es un escándalo que 40 años después de la muerte de Franco siga habiendo tantos esqueletos tirados en fosas y cunetas. Pienso en ese abandono y siento rabia”.
Natalia Junquera
Fuente: www.elpais.com



Sherlock... buscando pistas



viernes, noviembre 29, 2013

El Genocidio franquista

España es una anomalía histórica. Es el único país europeo con 200.000 desaparecidos y unas leyes que garantizan la impunidad de sus verdugos. Naciones Unidas reclama al Estado español que elabore un “plan nacional de búsqueda de desaparecidos”, anule la ley de Amnistía de 1977 y enjuicie a los autores e implicados en el exterminio sistemático de fuerzas políticas de izquierdas perpetrado entre julio de 1936 y noviembre de 1975.

Ante la pasividad del gobierno español, la justicia argentina prepara una querella contra 300 responsables de la represión franquista. Entre los imputados, se encuentran Rodolfo Martín Villa, que ordenó la masacre de Vitoria-Gasteiz, José Utrera Molina, ministro franquista y uno de los firmantes de la condena a muerte de Salvador Puig Antich, Juan Antonio González Pacheco, alias Billy el Niño, brutal agente de la Brigada Político-Social, Jesús Muñecas Aguilar, guardia civil golpista y notable torturador, y Fernando Suárez, que participó en el consejo de ministros que firmó las últimas ejecuciones del régimen en septiembre de 1975. Es improbable que estos criminales acaben en un tribunal, pues el gobierno español –neoliberal o socialdemócrata- se inventará cualquier argucia legal para evitar su extradición. La Transición española no fue una ruptura con el franquismo, sino una Reforma del franquismo, que agravió nuevamente a sus víctimas, condenándolas a ser polvo y olvido en algunas de las 2.500 fosas clandestinas excavadas por falangistas, requetés, guardias civiles, católicos devotos, aristócratas y militares

El principio de jurisdicción universal reconoce la competencia de cualquier tribunal para encausar a los responsables de delitos contra la humanidad. Son crímenes que nunca prescriben por su especial gravedad. La España de la Transición no mostró ninguna preocupación por las víctimas de la dictadura. Los asesinos y torturadores continuaron en sus puestos, a veces condecorados y homenajeados. Rodolfo Martín Villa concedió en 1977 a Juan Antonio González Pacheco la Medalla de Plata del Mérito Policial y organizó una cena en su honor, alegando que su iniciativa constituía un “desagravio a la persecución de la que es objeto por parte de algunos medios de comunicación”. Actualmente, Pacheco trabaja en empresas privadas de seguridad y Martín Villa es un próspero empresario. No se trata de casos aislados, sino de un fenómeno generalizado. Los comisarios Manuel Ballesteros y Roberto Conesa, dos policías que adquirieron una siniestra fama por su ferocidad durante los interrogatorios, prosiguieron tranquilamente sus carreras, participando en las operaciones de “guerra sucia” contra ETA. Los asesinos del estudiante Enrique Ruano (los inspectores Celso Galván, Francisco Luis Colino y Jesús Simón) escalaron posiciones con el PSOE, obteniendo condecoraciones y altos cargos. Algo semejante sucedió con José Antonio Gil Rubiales y Juan Antonio González García, ambos implicados en las salvajes torturas que acabaron con la vida de Joxe Arregi, presunto militante de ETA. En 2005, Gil Rubiales fue nombrado Comisario del Cuerpo Nacional de Policía de Santa Cruz de Tenerife. Un año antes, el PSOE había otorgado a González García el cargo de comisario general de la Policía Judicial. José Matute y José Martínez Torres también pertenecían a la Brigada Político-Social. Matute torturó y mató en 1975 a Antonio González Ramos, militante del Partido de Unificación Comunista de Canarias. En 1983, José Barrionuevo, Ministro del Interior del primer gobierno del PSOE, requirió su colaboración para rastrear el Barrio del Pilar, buscando a un comando de ETA. Barrionuevo también recurrió a Martínez Torres. Le situó al frente de la Brigada Central de Información, sin inquietarse por los innumerables testimonios que le responsabilizaban de crueles torturas físicas y psíquicas. En las Fuerzas Armadas, se actuó con los mismos criterios. El general José Antonio Sáenz de Santamaría, que había combatido al maquis en los años de la posguerra, y se había encargado de organizar los últimos fusilamientos del franquismo en septiembre de 1975, fue designado director general de la Guardia Civil por el gabinete de Felipe González. Se le atribuyen muchos éxitos en su lucha contra el maquis, empleando pequeñas dosis de pentotal sódico, que inducen un estado de aturdimiento y favorecen las confesiones. La Gestapo utilizó habitualmente este procedimiento. El fervor de Sáenz de Santamaría por los métodos de la guerra sucia se plasmó en una frase sobrecogedora: “Prefiero la guerra a la independencia de Euskadi”. El teniente general Andrés Casinello se movió en la misma línea. Se le considera el fundador del GAL verde y el cerebro del Plan ZEN (Zona Especial Norte), que incluían las técnicas clásicas de contrainsurgencia: torturas, desapariciones, ejecuciones extrajudiciales. Casinello se limitó a poner en práctica los conocimientos adquiridos en la base militar norteamericana de Fort Bragg. El Plan ZEN obedecía a la filosofía de combatir la subversión, aplastando sus diferentes focos territoriales. De esta forma, el Estado español se sumó a la doctrina de la seguridad nacional, copiando en Euskal Herria la actitud norteamericana con su “patio trasero” (América Latina) y con los países asiáticos y africanos situados bajo su esfera de influencia.

Las aguas turbias de la Transición proceden del ánimo genocida de los sublevados en 1936. Mola, Franco y sus conmilitones ordenaron que se fusilara sistemáticamente a todos los desafectos al Movimiento. En una nota del 19 de julio de 1936, Mola afirma que el propósito de la rebelión es “sembrar el terror… eliminando sin escrúpulos ni vacilación a todos los que no piensen como nosotros”. La brutalidad de Mola no conocía límites. Es famosa la frase que le espetó a su secretario personal: “Yo veo a mi padre en las filas enemigas y lo fusilo”. Franco obraba de acuerdo con la misma filosofía. En julio de 1937 declaró al periodista norteamericano Jay Allen: “No puede haber ningún acuerdo, ninguna tregua. Salvaré a España del marxismo a cualquier precio”. “¿Significa eso que tendrá que fusilar a media España?”, preguntó el corresponsal. “He dicho a cualquier precio”, contestó el general, con su frialdad característica. El capitán Aguilera, jefe de prensa de Franco y décimo séptimo conde de Alba de Yeltes, se muestra más explícito y displicente: “En épocas más sanas… las plagas y las pestes solían causar una mortandad masiva entre los españoles… Son una raza de esclavos… Son como animales, ¿sabe?, y no cabe esperar que se libren del virus del bolchevismo. Al fin y al cabo, ratas y piojos son los portadores de la peste… Nuestro programa consiste en exterminar a un tercio de la población masculina de España. Con eso se limpiaría el país y nos desharíamos del proletariado”. Gabriel Jackson estima que la represión franquista causó 400.000 víctimas. En La República española y la guerra civil (1931-1939), un clásico de la historiografía contemporánea, menciona la visita de Heinrich Himmler a Madrid en 1941. Himmler, que aportó su experiencia para mejorar el entrenamiento de la policía política española, “desaprobó, por razones tácticas, el promedio de ejecuciones”, pues lo consideró excesivo. Después de examinar rigurosamente varias fuentes, Gabriel Jackson desglosa el número total de víctimas: “100.000 muertos en los campos de batalla; 10.000 por las incursiones aéreas; 50.000 por enfermedades y desnutrición (durante la guerra civil); 20.000 por represalias políticas en la zona republicana; 200.000 por represalias nacionalistas durante la guerra; 200.000 prisioneros rojos muertos por ejecución o enfermedades de 1939 a 1943”.

Se afirmó que las cifras de Gabriel Jackson eran una exageración incapaz de soportar el contraste con la realidad. Sin embargo, hace pocos años Paul Preston calculó que había 180.000 desaparecidos en fosas clandestinas. A esta cifra espeluznante, hay que sumar las ejecuciones con sentencia y las muertes en la cárcel por torturas, enfermedad o malos tratos. El periodista norteamericano Charles Foltz, corresponsal de la Associated Press en Madrid durante los últimos años de la Segunda Guerra Mundial, publicó en 1948 una obra titulada The masquerade in Spain. Foltz sostiene que el número de ejecutados o muertos en prisión entre el 1 de abril de 1939 y el 30 de junio de 1944, según datos oficiales facilitados por el Ministerio de Justicia, asciende a 192.684. Esta cifra, que se ha considerado improbable y desorbitada, coincide con las impresiones del conde Galezzo Ciano, yerno de Mussolini y ministro de Asuntos Exteriores de la Italia fascista. Tras recorrer diferentes regiones de España en julio de 1939, escribe: “Sería inútil negar que sobre España pesa todavía un sombrío aire de tragedia. Las ejecuciones son aún muy numerosas; sólo en Madrid, de 200 a 250 diarias; en Barcelona, 150 y 80 en Sevilla, que en ningún momento estuvo en manos de los rojos”. No me atrevo a dar una cifra total, pero entre las víctimas del franquismo hay que incluir a 30.000 niños y niñas separados forzosamente de sus familias, la mayoría hijos de presas republicanas. Hay otros 6.000 casos de bebés robados durante el tardofranquismo y la primera mitad de la actual democracia, casi siempre por motivos de “higiene social” (hijos de madres solteras o de familias con un perfil marginal). En La guerra civil española, Antony Beevor especula que “la represión franquista durante la guerra y la posguerra podría situarse alrededor de las 200.000 víctimas”. Beevor apunta que esta estimación –para muchos, inferior a la realidad- confirma las amenazas del el general Gonzalo Queipo de Llano: “juro por mi palabra de honor y de caballero que por cada víctima que hagáis, he de hacer por lo menos diez”. Las cifras de Gabriel Jackson han sido avaladas por los hallazgos de nuevas fosas clandestinas. Hace dos años, se calculaba que existían 1.000 fosas sin exhumar. En ese tiempo, se han descubierto otras 1.500. Con estos datos, no se puede negar que el franquismo cometió un genocidio.

La exhumación de las fosas y la imputación de los culpables son tan importantes como un relato objetivo de los hechos. El sentido de la justicia exige una perspectiva ética, que permita dilucidar la posición moral de los contendientes. Por ejemplo, ¿cuál es el punto de vista más adecuado para hablar de la lucha del maquis? El maquis actuó entre 1939 y 1965. Su ofensiva de más envergadura fue la invasión del Valle de Arán en octubre de 1944, donde 4.000 guerrilleros se enfrentaron a un contingente de tropas franquistas compuesto 50.000 hombres bajo el mando de los generales Juan Yagüe y José Moscardó. La ofensiva fracasó. Los maquis sufrieron 588 bajas y los franquistas 248. Este descalabro no evitó que el maquis mantuviera su desafío, pero a una escala más pequeña, empleando la táctica de guerra de guerrillas. En el artículo publicado en el diario YA el 12 de octubre de 1971, el teniente coronel José María Gárate, adscrito al Servicio Histórico Militar, publicó un artículo titulado “Veinte años del hundimiento del maquis”. Gárate escribe: “No hay un balance completo de bajas, pero la Guardia Civil tuvo 276 muertos. Los muertos y heridos de los bandoleros fueron más de 5.500 en unas 8.000 acciones terroristas”. En un reportaje publicado en el ABC en 1994 para conmemorar el ciento cincuenta aniversario de la Guardia Civil, se proporcionan cifras más precisas: “Bajas de bandoleros, 5.548. Bajas del Cuerpo, 624. Detenidos como enlaces, cómplices y encubridores, 19.407”. ¿Eran los maquis bandoleros, terroristas? ¿Se puede considerar a los guardias civiles abatidos víctimas del terrorismo? En mi opinión, el maquis fue un ejemplo de resistencia y dignidad. La represión ejercida por el Ejército y la Guardia Civil sólo puede interpretarse como una prolongación del genocidio perpetrado por el régimen franquista. Sin embargo, el partidista y vergonzoso Diccionario Biográfico Español de la Real Academia de la Historia llama “terroristas” y “bandoleros” a los combatientes del maquis. Al mismo tiempo, elogia la figura de los generales golpistas y el “Glorioso Alzamiento Militar”. Semejante planteamiento sería inaceptable en Francia, que honra los héroes de la Resistencia, o incluso en Alemania, que prohíbe cualquier forma de exaltación de la dictadura nazi.

En España, se considera “enaltecimiento del terrorismo” homenajear a José Miguel Beñarán Ordeñana, “Argala”, pero Luis Utrera Molina, suegro de Alberto Ruiz-Gallardón y ex ministro de Franco, puede escribir tranquilamente: “Franco murió cristianamente en la cama de un hospital público, después de 40 años de buen gobierno rodeado del cariño de su pueblo y fue ensalzado y homenajeado por su sucesor, el hoy Rey de España”. Imagino que entre los logros y cimas de ese “buen gobierno” hay que incluir las fosas clandestinas que albergan aún los restos de un número creciente de desaparecidos, pues cada vez que se realizan trabajos de exhumación aparecen más víctimas de las esperadas. José María Pemán, en una arenga que retransmitió Radio Jerez el 24 de julio de 1936, expresó inmejorablemente el espíritu de la sublevación: “La guerra, con su luz de fusilería, nos ha abierto los ojos a todos. La idea de turno o juego político ha sido sustituida para siempre por la idea de exterminio y de expulsión”. Desgraciadamente, este espíritu no se ha extinguido y sigue impidiendo que España se convierta en un país realmente democrático, donde se prohíba el ensalzamiento o justificación de la dictadura franquista, se borren definitivamente sus símbolos, se enjuicie a los responsables de sus crímenes y se exhumen los restos de los miles de hombres y mujeres asesinados por su compromiso con una sociedad más libre e igualitaria. Hasta entonces, España será una anomalía, una estructura opresiva que no cesa de inventar leyes para criminalizar las protestas sociales, amordazar a los disidentes, frustrar los anhelos independentistas y pisotear la memoria de los que perdieron la vida ante un pelotón de ejecución o en el infame garrote vil. Tal vez la muerte del joven anarquista Salvador Puig Antich, lentamente estrangulado por un verdugo ebrio y esmirriado un lúgubre 2 de marzo de 1974, simboliza de forma particularmente trágica la brutalidad de una dictadura que aún contamina el presente, recordándonos que los canallas duermen tranquilos y las víctimas aún claman justicia desde las entrañas de la tierra.


Rafael Narbona

Fuente: rafaelnarbona.es



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domingo, noviembre 24, 2013

Acción y Reacción

El gobierno ha aplazado por una semana la promulgación de la Ley de Protección de la Seguridad Ciudadana, por “ajustes técnicos de última hora”. Y andan dándole vueltas a una Ley de Huelga que la haga imposible. Algo les ha debido de apestar cuando retrasan siete días el contubernio. Mientras, doscientos trece abogados del Estado se encuentran en estos momentos cuadrando la Ley, buscando en internet lo que hacen en Corea con los escraches y cosas así. De una cosa podemos estar seguros: peor será el lapo, mientras más tiempo se tomen en elaborar el gargajo.

¿Qué efectos tendrá toda esta represión administrativa? Vamos a ver, ya no les basta con moler a palos a los activistas y con encarcelar a unos cuantos. Quieren impedir a toda costa que la gente se exprese a base de multazos de hasta 600.000 euros. Como cuando aparcas mal el coche y se lo lleva la grúa, pero a lo grande. Y luego, o pagas, o recurre, abona tasas y costas, paga, y mira cómo te embargan la casa -si la tienes-.
El efecto inmediato de esta política, podría ser el de la inhibición: si la gente percibe que las manifestaciones no solo son inútiles, si no costosas; si las ongs se percatan de que colgarse de un puente con una pancarta vale 200.000 euros; y si el trabajador ve que hacer huelga solo sirve para que te abaraten el sueldo… Pues dejarán de hacerlo abiertamente. ¿Se acabará ahí todo? No claro.

Es un principio de la física, una ley de la naturaleza, que toda acción tiene una reacción en sentido contrario y de igual fuerza. Una vez tapen la válvula de la olla a presión los reaccionarios, la temperatura aumentará. Aparecerán líneas de acción brutales, oscuras y clandestinas, que explorarán vías dudosas para salir de la miseria al margen de la ley: sicarios criminales y corruptos policías medrarán en este ambiente: vete preparando la cartera. También aparecerán grupos que ejercerán la violencia allí donde puedan ejercerla, con absoluto desprecio de la propia vida y la de los demás. Poco a poco el mundo que queremos, se vendrá abajo, y lo veremos lleno de mafias, soldados y tanquetas.

¿Le interesa al Poder establecido, que surjan muchos grupos de desesperados, para atemorizar a la población con guerritas localizadas que mantengan al pueblo acojonado en casa? Pues ya se verá. Porque en 1788 los aristócratas estaban tan tranquilos, y ni por un momento podían sospechar que en 1789 tendrían que subir al patíbulo.

Siglo XX: qué malo fuiste para el Capitalismo, que ahora el XXI ejecuta su venganza. Lo que es de uno es de todos, lo que es de todos es de nadie, lo que es de nadie es de uno.


por: Acratosaurio Rex




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miércoles, noviembre 20, 2013

España y el franquismo. ¿Vencedores o vencidos?


Aunque no se le denomine por su nombre, el franquismo en nuestro país que muchos no se atreven a llamarle por su nombre, España, es tan real como nuestra vida misma. Según la Real Academia Española es un “Movimiento político y social de tendencia totalitaria, iniciado en España durante la Guerra Civil de 1936-1939, en torno al general Franco, y desarrollado durante los años que ocupó la jefatura del Estado. Periodo histórico que comprende el gobierno del dictador.

La semántica de este vocablo solamente nos da una pauta para su ubicación histórica, pero sus consecuencias sobrepasan el tiempo y el espacio. Con la muerte del Caudillo de España, que lo fue por la Gracia de Dios, desapareció la dictadura y se restableció el Estado de Derecho que el mismo general golpista aniquiló. La legalidad y legitimidad de la II República de 1931, destruida por el dictador fue restablecida con la Constitución de 1978.

Al margen del pacto constitucional fruto de un consenso nacional, se estableció otro pacto, no escrito y mucho menos signado entre los franquistas procedentes de la dictadura y los políticos venidos de la clandestinidad y del exilio. A este periodo del post franquismo se le denominó como la Transición de la dictadura a la democracia. Este pacto mutiló la Justicia Universal, amordazó a las víctimas del execrable régimen y dejó impune los crímenes cometidos durante la dictadura. Esta forma de liquidar el negro pasado más reciente de nuestra nación, se hizo en aras de evitar una involución en la incipiente democrática y una intervención militar, caso este último que se logró abortar.

La llamada modélica Transición creó un estilo de entender la política evitando mirar hacia atrás; dando pábulo al franquismo cada día menos disimulado. Evitando condenar la dictadura y mucho menos tipificar la apología del franquismo como delito. A este carro de la historia se han subido el Rey de España, el Partido Popular, el Capital y la Iglesia, que no han condenado al franquismo y tampoco se espera que lo hagan en un futuro. Hoy tenemos instalado en el Gobierno, sin disimulo, la dinastía fascista en su versión española, los franquistas: Franco, Fraga, Aznar y el personaje más ambiguo, Rajoy.

Es preciso concluir esta columna determinando en este periodo que comienza en 1936 hasta nuestros días, quiénes fueron los vencedores y los vencidos. Los verdugos y las víctimas. Las derechas y las izquierdas. De ninguna manera son todos iguales ni hicieron lo mismo. ¿Con qué autoridad moral los franquistas instalados en el Gobierno, exigen perdón y arrepentimiento a los terroristas de ETA? Cuando ellos no los hacen con las víctimas del franquismo.




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lunes, octubre 14, 2013

La lista de la infamia: Curas del 36 en Valladolid

En el año 1936, tras la sublevación militar, los párrocos de los pueblos tomaron mayoritariamente partido por los alzados, en quienes veían unos valedores que les iban a devolver el poder que detentaban antes de la llegada de la República. Bien sabían estos curas que el alzamiento era ilegal y que se estaba haciendo mediante el derramamiento de sangre inocente. Prácticamente en todas las localidades, falangistas y guardias civiles desleales detenían a las autoridades legales, a los dirigentes sindicales, a los obreros significados, a sus mujeres y a sus familiares, y los sometían a tratos inhumanos, golpeando, violando, robando y asesinando a muchos de ellos.
El mandato de los religiosos está bien claro para todos: su deber era detener la violencia, impedir los crímenes y acabar con la orgía de sangre que se desataba sobre la población civil, inerme e indefensa. Sin embargo, la Iglesia desoyó estos mandatos sagrados y alentó a sus párrocos a que se unieran al golpe, al que de inmediato bautizaron como Cruzada, otorgándole todas sus bendiciones.
Los curas tenían una gran autoridad moral. Allí donde se opusieron a los crímenes, éstos no se produjeron. Pero por desgracia para las víctimas, para sus familias, para los pueblos y para su propia imagen y la de la Iglesia, la gran mayoría de los curas apoyaron decididamente el alzamiento y sus procedimientos sanguinarios, y a veces no solo intelectualmente o dando su bendición a los asesinos, sino también materialmente, con las armas en la mano.
Cegada por la posibilidad de ejercer su poder sobre la sociedad entera, la Iglesia católica se dedicó a forzar la voluntad de los ciudadanos que se habían salvado de la muerte obligándolos a casarse por la iglesia, a bautizar a los hijos de los que no eran católicos cambiándoles incluso el nombre si no estaba en el santoral, a penalizar a las personas que no asistían a misa, llevando al día la relación de los que no se confesaban o no comulgaban. Daba igual que esas personas no fuesen creyentes o que profesasen otra religión. La iglesia católica reclamó para sí la obediencia debida de todos los ciudadanos y la obligatoriedad de las prácticas religiosas por las buenas o por las malas. La coacción, la amenaza, los malos informes que destruían la vida de la gente o el señalamiento de los que ellos denominaban “malos cristianos” fueron la seña de identidad de una iglesia inquisitorial, cuyos ministros causaron mucho daño y dolor con sus actos o su pasividad.
Obligar a una persona a practicar la religión en contra de su voluntad está considerado sacrilegio por la propia iglesia, lo que no fue obstáculo para que se implantase la religión de manera obligatoria en todo el país y a todos los niveles de la vida: en la enseñanza, las instituciones, las costumbres sociales y la vida personal.
En muchas localidades de nuestra provincia y en la propia capital, la actuación de los curas fue tan inhumana, tan cruel y tan alejada de lo que puede considerarse un comportamiento cristiano, que quedó impresa en la memoria de los vecinos. Estos curas, que por su posición hubieran podido mediar a favor de las víctimas, muchas veces aparecieron al lado de los verdugos, contribuyendo con sus acciones a empeorar la suerte de sus vecinos. Es una verdadera lástima que la iglesia católica pierda oportunidad tras oportunidad de desmarcarse de estos elementos, condenando sus acciones y pidiendo perdón por su actuación en aquellos años de crimen y terror.


LA ACTUACIÓN DE LOS CURAS SEGÚN LA MEMORIA DE LOS TESTIGOS
Juan Julián, párroco de San Ildefonso, en Valladolid, acudía a las Cocheras de Tranvías para catequizar por las buenas o por las malas a los allí detenidos, aunque se declarasen ateos, agnósticos o protestantes. Acudía a las sacas, dejándose ver por los presos, quienes por su presencia detectaban que iba a producirse un asesinato. Dos o tres curas de Los Filipinos solían acompañar a las patrullas falangistas en sus acciones. Llevaban camisa azul e iban armados. Se les llegó a conocer bien y se les reconocía por su tonsura y sus medallas y escapularios. Además eran los encargados de catequizar a los presos de Las Cocheras. Se llamaban el padre Tirso y el padre Baladrón. Sus homilías eran amenazadoras. Una frase que repetían continuamente y que quedó grabada en la memoria de los detenidos era: “Habéis pasado por una criba ancha; ahora pasareis por otra más fina, y al final no quedará nadie”. Y hubo gente que se atemorizó y marchaba a comulgar, pensando que los curas darían buenos informes y que podrían salir, pero estaban muy equivocados, pues aquellos curas deseaban de verdad que no quedara nadie. (Testimonio de J. P. R., preso en Las Cocheras).
Padre Cid, adscrito a la Cárcel Nueva, impartía la misa obligatoria, descalificaba y humillaba a los presos e intentaba que recibieran los sacramentos cuando los iban a fusilar. Más adelante fundó un Patronato para menores, a donde fueron a parar muchos hijos de estos mismos fusilados; allí intentaba “reeducarles”. Ese lugar, “Cristo Rey”, se financió con el trabajo esclavo de los presos.
Rufino Caldevilla, párroco de La Magdalena y sobrino del canónigo Valero Caldevilla, acudió al Alto del León, presa de un ataque de patriotismo, según testimonio de J.L. Galindo, un falangista camisa vieja, que estuvo con él; iba armado. Es un alegre clérigo… me lo imagino disparando trabucos y no le cae mal la imagen… Cuando regresó a Valladolid y volvió a hacerse cargo de la parroquia, denunció a aquellos vecinos que bajo su punto de vista eran “indeseables”. Anteriormente se había mostrado beligerante con los sectores de la izquierda, y cuando se produjo el golpe colaboró con eficacia: denunció personalmente a la familia de Heraclio Conde, quien fue fusilado junto con sus dos hijos varones (testimonio de Conde Conde).

Eladio Tejedor Torcida, párroco de Barcial de la Loma en 1936, estaba enfrentado con las gentes de izquierdas desde el advenimiento de la República. Cuando se produjo el golpe, el alcalde impuesto por los golpistas fue Vicente Vázquez de Prada, que era partidario de detener y entregar a los izquierdistas, pero se opuso a que los mataran. El cura insistió e insistió en la necesidad de “limpiar el pueblo, como se estaba haciendo en todos los pueblos de alrededor”, y al final se hizo así. Este cura, tras inducir al asesinato del alcalde elegido, Modesto Rodríguez, obligó a la viuda a bautizar al hijo de éste y a cambiarle el nombre que su padre le había puesto (Besteiro). Otro acto de este cura fue el de casar in extremis al vecino Florencio Sinde, destrozado por las torturas recibidas, con brazos y piernas rotos e inconsciente en los calabozos del ayuntamiento de Barcial; este hombre estaba casado por lo civil, y antes de rematarlo, hizo que llevaran allí a su esposa y los casó religiosamente (testimonio de la esposa).
Florentino, cura de Bocigas, acompañaba a las patrullas de asesinos, según él para confesar a las víctimas.
Lorenzo Pérez González “Lucilina”, fue uno de los máximos responsables de los hechos sangrientos ocurridos en el pueblo de Villabáñez. Mantenía un enfrentamiento directo con los vecinos de ideas izquierdistas y con la Corporación Municipal; intervenía en las cuestiones políticas, en los temas económicos, como la gestión de los montes comunales; impulsó un sindicato católico, con el que se enfrentaba a la Casa del Pueblo… El propio arzobispo Gandásegui llegó a decir de él que “había envenenado al pueblo”. En 1936 designó a las víctimas y no movió un dedo para frenar la represión desatada contra los vecinos, aunque salvó al que le pareció oportuno, con lo que demostró que tenía poder para haber impedido la matanza.
José de Rojas Martín, ejercía como párroco en Castrillo Tejeriego, donde dio el visto bueno y firmó la lista de los que debían ser represaliados. La madre de este cura iba diciendo por el pueblo que “había que fusilar a los hijos de los detenidos, porque llevaban el mismo camino que sus padres”.
Sergio Martín Martín, procedente de Medina de Rioseco, donde también colaboró en la elaboración de las listas de los que debían morir, estaba en Castromonte como párroco. En julio de 1936 se encontraba en Asturias, pero pudo regresar a mediados del mes de septiembre, y fue entonces cuando comenzó la represión en Castromonte. Muchos testimonios le atribuyen responsabilidad directa en muertes ocurridas en Rioseco y la zona de la Santa Espina, además de las ocurridas en Castromonte.
Ictinio, párroco de Tiedra, ayudó a elaborar las listas de víctimas; alentó a los falangistas de la localidad, y fue directamente responsable del asesinato de David Criado, un vecino que estuvo detenido y regresó al pueblo al finalizar la guerra.
Bibiano del Campo Mucientes, natural de Villalba de los Alcores. Estaba de párroco en Wamba en la época de la sublevación. Colaboró haciendo listas y también de manera material: él mismo llevó cuerdas para atar a los detenidos.
Pablo Rojo era párroco en Mojados. En los locales del ayuntamiento estaban detenidos medio centenar de vecinos. El día 25 de julio, los sublevados del pueblo decidieron asesinar a varios de ellos. El cura acudió a la prisión e intentó confesarlos con argucias y amenazas. A pesar de los ruegos de las familias y de la cantidad de huérfanos que dejaban y de que el cura sabía positivamente que todos eran inocentes y que los asesinatos se producían sin juicio ni asistencia de autoridad legal alguna, Pablo Rojo colaboró con los asesinos hasta que el último detenido subió al camión. Ese día 25 vecinos de Mojados fueron trasladados al puente que une los términos de Boecillo y Laguna de Duero y tiroteados allí. Algunos no fallecieron en el acto y cayeron al agua con vida. Por fin los remataron a todos. Uno de ellos, J.N. logró llegar herido, hasta el Coto del Cardiel, donde el guarda de campo lo remató con su escopeta.
Andrés del Amo, de Saelices. Fue un inductor fundamental de los crímenes cometidos en Villacarralón, donde era párroco, pues señaló a los vecinos que según él eran peligrosos. Años después de la guerra, vino al pueblo un cura nuevo. Estando en la plaza, un hijo de Petra Cimas, asesinada por una patrulla venida de otros pueblos ante los ojos de sus dos hijos, lo reconoció como integrante de una de las patrullas y se dirigió a él: “Usted bajaba de paisano a detener gente”. El cura se llamaba Jesús Ceinos Casero, y fue reconocido por otros vecinos como uno de los hombres que iban sacando a la gente de sus casas en el verano de 1936, vestido con un mono azul y armado con un fusil.
Teodosio era el nombre del párroco de Quintanilla de Abajo. Cuando se pidió el indulto de los condenados a muerte dijo en la puerta de la iglesia ante muchos vecinos que si les conmutaban la pena, él quemaba la sotana.

CURAS EN EL FRENTE
La presencia de curas en el frente fue frecuente. Particularmente abundaron en la zona del Alto del León. Iban vestidos con mono y armados. Otros muchos iban de visita, acompañando a grupos.
Núñez, jesuita, coadjutor de la parroquia de San Juan, en Valladolid, marchó al Alto del León en julio del 36, integrado en el grupo de falangistas como combatiente. Este cura, bastante joven, murió en un bombardeo en el Alto del León a finales de julio de 1936. Juan Martínez, cura combatiente, murió en el frente.
Padre Nevares, jesuita: recibió en San Rafael a los falangistas que se iban a incorporar al frente en julio del 36. Al llegar al Hotel Regina, donde comían estas tropas, el padre Nevares vestía mono azul y llevaba casco y una gran cayada. Era beligerante y además confesaba a los voluntarios. Ramón Arregui Moliner, falangista, quiso confesarse con él tras una escaramuza en la que disparó y mató a soldados enemigos. Después relató, escandalizado, que el cura le dijo: “Eso no tiene importancia: es la guerra”. Este cura estuvo siempre a la cabeza de las fuerzas golpistas en San Rafael, dando el beneplácito eclesiástico. Antes del golpe, había organizado en Valladolid las Cooperativas Agrarias de Derechas.
Pedro, un párroco natural de Castrillo de Duero, en julio del 36 se integró en un batallón falangista y marchó al frente. J.L. Martínez Galindo, que coincidió con él, dice que era “un cura guerrillero”.

COSAS DE CURAS
Pedro Cantero Cuadrado, nacido en Carrión de los Condes, fue capellán de la Cuarta Bandera de Castilla. En una de sus arengas pronunció esta frase: “El general Franco es de origen providencial y carismático, y por tanto legítimo. Solo ante Dios y ante la Historia debe dar cuentas”. Llegó a ser obispo de Huelva.
Ignacio Menéndez Raigada, autor del Catecismo Patriótico: “Yo soy cura, pero antes que cura, falangista”. Fue capellán y confesor de Franco.
Enrique Herrera Oria: “Los masones matan niños menores de siete años y beben su sangre en un cráneo”.
Fernando Martín Sánchez Juliá, “Secretario de Dios”, cabeza de la Iglesia, escribió una pastoral: “De los frentes saldrá una nueva España. A nosotros nos toca ayudar al parto y educar a la criatura…”.
Orosia Castán

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lunes, agosto 05, 2013

Carta a Javier Marías por Don Antonio Burgos Peñasco

Quiero hacerte partícipe de la carta que he enviado al escritor y columnista Javier Marías, motivada por la repugnancia que me produjo la portada de ABC del día 26-07-2013. Posiblemente no encuentre suficiente eco público pero esa es mi intención. Como compañero del maquinista que ha tenido la desgracia de descarrilar el Alvia y sus terribles consecuencias, no puedo permitir que se le trate de asesino por puro sensacionalismo.

¡Combate el periodismo amarillo! Es un insulto a la inteligencia y a la dignidad.


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Admirado Sr. Marías:

Me atrevo a remitirle esta carta porque de sus escritos deduzco que compartimos percepciones sobre la candidez de la sociedad que a veces nos producen irritación y desasosiego.

En sus columnas semanales, que suelo leer, desgrana usted con lucidez ilustrativa los aspectos que inciden en la configuración de una mentalidad ciudadana que son inducidos por la necedad, la malicia o una mezcla de ambas.

A falta de una plataforma pública donde contrarrestar, por mi cuenta, la razón que hoy motiva mi rabia, le remito este escrito, consciente de que si no despierta su interés al menos me servirá de desahogo.

Debo decirle que pensé en usted tras el repugnante impacto que me produjo la portada de ABC del día 26 de Julio. Vaya por delante que mi profesión es la de Supervisor del AVE, empleado de RENFE desde hace 31 años y por tanto compañero del maquinista que protagonizó el horrible descarrilo del Alvia Madrid-Ferrol; aunque no lo conocía personalmente. Pensé en usted... y no descartaría que la vista de tal portada y otras desinformaciones al respecto le hayan inspirado alguna columna. Manipulando con inefables intenciones unas bromas amistosas e inocentes en la red social, el viejo periódico titula a toda portada: “ El maquinista alardeaba de su gusto por la velocidad”.

La falacia que constituye tal titular es sencillamente inmoral. Imaginemos, por ejemplo, que un piloto de Iberia, orgulloso de su trabajo, muestra en Facebook una foto del velocímetro a 900 km por hora y bromea al respecto de que la “guardia civil celeste” le multará si lo descubre. Si este piloto tiene posteriormente la desgracia de protagonizar un accidente ¿se le puede achacar ser un irresponsable y un descerebrado en el gran titular de portada de un periódico nacional? Sin duda, no. Y sin duda el desgraciado profesional estaría dispuesto a cambiar su propia vida por la de todas las víctimas de su lamentable despiste. ¿Qué pretende, por tanto ese titular? ¿Pretende realmente informar con rigor?.. ¿Acaso que la opinión pública clame venganza contra un asesino, cual si se tratara de un terrorista, el parricida Bretón o el asesino de la niña Mariluz?.. Tanto el maquinista como el piloto viajan a esas velocidades, no por gusto sino por obligación, de otro modo producirían un retraso injustificado. Ciertamente si existe en el itinerario una limitación de velocidad puntual es algo previsto y respetado escrupulosamente (el tren o el avión no tienen nada que ver con la carretera) salvo que el profesional se despiste y lo olvide (fallo humano, no suficientemente previsto. A este respecto ya verá usted cómo en el futuro se protege técnicamente esa curva con suficiente antelación en el trayecto, a fin de paliar una posible distracción como la que parece ha ocurrido. Ello demostrará que se encontraba actualmente a expensas de tal fallo).

En todo caso no le hubiera escrito a usted esta carta si no fuera porque al día siguiente tuve ocasión de constatar personalmente el efecto que había hecho la portada de ABC: Un viajero que se disponía a tomar el AVE en el que yo prestaba servicio, al acceder al mostrador de checking, comentó “supongo que hoy iremos seguros, o llevamos también a los mandos a un chulo inmoral (sic) como el de Santiago”. Cuando le respondí, con gesto serio, que efectivamente el maquinista que se disponía a llevarnos era tan inmoral como el otro y le aconsejaba, en consecuencia, renunciar al viaje, cambió su sarcástica sonrisa por una expresión airada, comenzó a despotricar sobre los “alardes y la chulería de barra de bar” (sic) y subió al tren malhumorado. Ya durante el viaje, cuando los monitores de información marcaban la velocidad de 250 km por hora estuve tentado de hacérselo notar y preguntarle si temía por su seguridad, pero no lo creí prudente.

Sólo me quedó la reflexión sobre la palabra inmoral pues no tengo muy claro en qué parte de la historia encajarla.


    Fdo. Antonio Burgos Peñasco

    Supervisor de servicios a bordo, de RENFE.



viernes, julio 05, 2013

La búsqueda de los 2.000 republicanos que acompañan a Lorca

La Junta de Andalucía ha iniciado los trabajos de localización y delimitación de las fosas comunes del barranco de Víznar (Granada), donde se cree que puede estar enterrado el poeta Federico García Lorca junto a un número de víctimas que oscila entre los 1.000 y los 2.500 republicanos.

Nadie sabe dónde está Federico García Lorca. Cuando en 2009 la Junta de Andalucía dio por finalizada la búsqueda de sus restos mortales sin éxito, la historiadora Maribel Bremes, presidenta en aquel momento de la La Asociación Granadina para la Recuperación de la Memoria Histórica, comenzó a creer que el cuerpo de Lorca habría sido exhumado por su familia poco después de ser fusilado. En el campo de Alfacar (Granada) no había ni rastro del poeta. Lorca, sin embargo, nunca estuvo solo bajo la tierra granadina. Además de sus dos compañeros de fosa, en el barranco situado entre Víznar y Alfacar reposan los restos mortales de entre 1.000 y 2.500 republicanos asesinados durante la Guerra Civil y posterior represión franquista, según las distintas fuentes consultadas.

Es la búsqueda de estas víctimas, que pagaron con su propia vida la defensa de un orden social más justo y "la reparación de su memoria", la que ha motivado el proyecto de la Junta de Andalucía de localización y delimitación de las fosas comunes del barranco de Víznar, paso previo imprescindible para su posterior exhumación aunque esta fase no está contemplada actualmente. Los trabajos, que arrancaron el 18 de junio y tendrán una duración de alrededor de dos meses y medio, se centrarán en un área de unos 10.000 metros cuadrados, donde, por los testimonios escritos y orales que constan, podrían encontrarse un total de doce enterramientos ilegales.

"Se trata de ejercer el derecho a la verdad. Queremos avanzar en el conocimiento exacto del número de represaliados y sus nombres, pero también queremos situar este espacio en un lugar central de la memoria colectiva del pueblo andaluz y que todo el mundo pueda conocer lo que sucedió en su tierra en aquellos años", explica a Público Luis Naranjo, director general de Memoria Democrática de la Junta de Andalucía.

Una de las miles de víctimas que podría encontrarse en el barranco es Blanca Lozano Villaverde, mujer del último alcalde republicano de Lanjarón, Francisco Gálvez Peralta. Cuando el 20 de julio de 1936, la ciudad de Granada cayó en manos del bando franquista los asesinatos descontrolados se sucedieron durante los últimos días de julio y las primeras semanas de agosto. El mismo día 22, escuadras negras y voluntarios comenzaron a llevar a líderes republicanos, sindicales y agrarios y a diferentes personalidades del mundo de la cultura al barranco de Víznar y a la tapia del cementerio de Granada para proceder a su ejecución.

"El golpe en Granada triunfó sólo en la ciudad, que quedó rodeada por fuerzas republicanas, de manera que la represión fue brutal. Hay pruebas documentales de que los sublevados dejaban cadáveres en las entradas a la ciudad a modo de escarmiento", explica a Público la historiadora de la Universidad de Granada Maribel Brenes.

Operada y fusilada
En estos primeros días de represión descontrolada, el alcalde de Lanjarón y su hijo mayor fueron fusilados frente a la tapia del cementerio de Granada. Su mujer, Blanca Lozano, fue encarcelada. Con problemas graves de salud, Blanca fue operada de urgencia de la matriz durante su estancia en la prisión. Paradójicamente, la operación consiguió salvar su vida, pero apenas unos meses después la mujer fue fusilada y su cuerpo fue lanzado a una fosa común en el barranco de Víznar, según cree la familia. Francisco Luis, nieto del hermano de Blanca, relata a Público la historia de su familia.

"Mi tía-abuela y su marido, Francisco, tuvieron tres hijos. El mayor fue fusilado junto a su padre y el mediano, César, fue apuñalado en plena calle por vecinos que apoyaban el golpe de Estado de Franco a plena luz del día. El único al que dejaron vivir fue al pequeño que tendría seis o siete años y era sordomudo", relata Francisco Luis, que añade un dato más que da cuenta de la brutalidad sufrida por su familia: "Después buscaron al padre de Blanca, mi bisabuelo, y a un hermano suyo, mi abuelo. Cuando se llevaron a mi abuelo, mi abuela estaba embarazada de mi madre, que nació dos meses después de que asesinaran a su padre".

La represión en la provincia de Granada, señala la historiadora Maribel Brenes, siguió un plan premeditado de eliminación sistemática de las fuerzas políticas y sindicales republicanas. "Tras los primeros días de asesinatos descontrolados, a mediados de agosto de 1936 la represión comienza a organizarse y se utilizan las listas de los cuerpos de investigación y vigilancia del orden público para depurar físicamente a los cabecillas y participantes de las huelgas habidas durante la República y del intento de revolución de 1934", asegura la historiadora.

Enterrada junto a su marido
Los fusilamientos, no obstante, no terminaron con la guerra. El asesor del director general de Memoria Democrática de la Junta de Andalucía, Juan Francisco Arenales, asegura que los fusilamientos extrajudiciales se siguen produciendo hasta la década de los 50 siendo el barranco de Víznar el lugar escogido para enterrar los cuerpos. La elección de este lugar resultó de dos motivos: el barranco quedó situado en la retaguardia del bando franquista y había pozos que se habían construido durante la República que fueron reutilizados como fosas comunes.

Setenta y siete años después del inicio de la masacre, los familiares de las víctimas que permanecen bajo la dura tierra granadina, como Francisco Luis, esperan que estas fosas puedan ser, por fin, localizadas y exhumadas. Para ellos, el proyecto emprendido por la Junta de Andalucía supone mucho más que un acto de verdad. Es una oportunidad para asegurarse el descanso eterno de sus familiares junto a sus seres más queridos.

"Yo lo único que quiero es que mi tía-abuela pueda descansar eternamente al lado de su marido y mi abuelo pueda estar junto a mi abuela. Hay quien dice que eso es reabrir heridas, pero casualmente ese discurso suele venir de gente de ideología franquista, aunque no lo reconozcan abiertamente", sentencia Francisco Luis.

Alejandro Torrús

Fuente www.publico.es




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miércoles, julio 03, 2013

Nelson Mandela, prisionero 46664

Nelson Mandela será sin duda una de las personalidades que con más fuerte impronta ha marcado el siglo XX y principios del XXI.
No ha sido únicamente un gran luchador por las libertades, la principal referencia en la lucha contra el "apartheid" en Sudáfrica, una persona que ha sufrido más de 25 años de prisión en Robben Island, sino que ha sido una personalidad capaz de 'elevarse por encima de su sufrimiento personal y de su pueblo y dirigir con un gran ejercicio político y ético todo un proceso de reconciliación del pueblo sudafricano para conseguir su conversión en una sociedad democrática y multicultural. La personalidad que dirigió desde la dirección de la ANC (Congreso Nacional Africano) un proceso histórico de reconciliación entre la mayoría de color y la minoría blanca, en especial "el afrikaner" que había ostentado un poder opresivo profundamente violento sobre la mayoría no blanca, a partir de unas leyes de aplicación basadas en el racismo más extremo.

Mandela y sus compañeros en la dirección de la ANC, que incorporaba miembros blancos, especialmente del PC de Sudáfrica, fue la principal organización opositora al régimen del "apartheid". Primero por medios pacíficos y no violentos y posteriormente incluyendo la oposición armada a través del "Umkhonto we Sizwe" (la Lanza de la Nación).

Es evidente que en su lucha Mandela tuvo muchos acompañantes importantes como su compañero Walter Sisulu, el dirigente en el exilio Oliver Tambo, blancos como Joe Slovo, dirigente del ANC y del PC. Junto con ellos hay que destacar otros importantes luchadores que dejaron su vida como Steve Biko o Chris Hani.

El legado de Mandela es el de su ejemplo y su ética, y la de muchos de sus compañeros, y su comportamiento en su vida. Y esto será patrimonio de todos los que luchan por un mundo más justo.

Ni la evolución de su país, de la ANC, ni la de sus familiares, tendrá que ver con el juicio a la gran figura que sin duda pasará a la historia como referencia de integridad, inteligencia y capacidad de lucha y de reconciliación con sus adversarios sin renunciar nunca a sus propios principios.

Mandela el preso "46664" de Robben Island, el luchador anti-apartheid, el dirigente político y la personalidad ética estará siempre en la referencia de las personas de progreso como alguien a imitar.


Frases de Mandela:

"La educación es el arma más poderosa que se puede usar para cambiar el mundo".

"Detesto el racismo, porque lo veo como algo bárbaro, venga de un hombre negro o de un hombre blanco".

"Aprendí que el coraje no era la ausencia de miedo, sino el triunfo sobre ella. El valiente no es quien no tiene miedo, sino el que gana a este miedo".

"Nunca, nunca y otra vez nunca, debe suceder que esta tierra tan bella experimente la opresión de una persona por otra".

"No puede haber una revelación más intensa del alma de una sociedad que la forma en la que trata a sus niños".

"Ser libre no es solamente deshacerse de las propias cadenas, sino vivir de una forma que respete y mejore la libertad de los demás".


Manel García Biel
Fuente: www.nuevatribuna.es



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lunes, junio 17, 2013

10 Estrategias de Manipulación Mediática

El lingüista Noam Chomsky elaboró la lista de las “10 Estrategias de Manipulación” a través de los medios.

1. La estrategia de la distracción.  El elemento primordial del control social es la estrategia
de la distracción que consiste en desviar la atención del público de los problemas importantes y de los cambios decididos por las élites políticas y económicas, mediante la técnica del diluvio o inundación de continuas distracciones y de informaciones insignificantes.
La estrategia de la distracción es igualmente indispensable para impedir al público interesarse por los conocimientos esenciales, en el área de la ciencia, la economía, la psicología, la neurobiología y la cibernética. ”Mantener la Atención del público distraída, lejos de los verdaderos problemas sociales, cautivada por temas sin importancia real. Mantener al público ocupado, ocupado, ocupado, sin ningún tiempo para pensar; de vuelta a granja como los otros animales (cita del texto ‘Armas silenciosas para guerras tranquilas)”.

2. Crear problemas y después ofrecer soluciones. Este método también es llamado
“problema-reacción-solución”. Se crea un problema, una “situación” prevista para causar
cierta reacción en el público, a fin de que éste sea el mandante de las medidas que se desea
hacer aceptar. Por ejemplo: dejar que se desenvuelva o se intensifique la violencia urbana, u
organizar atentados sangrientos, a fin de que el público sea el demandante de leyes de
seguridad y políticas en perjuicio de la libertad. O también: crear una crisis económica para
hacer aceptar como un mal necesario el retroceso de los derechos sociales y el
desmantelamiento de los servicios públicos.

3. La estrategia de la gradualidad. Para hacer que se acepte una medida inaceptable, basta aplicarla gradualmente, a cuentagotas, por años consecutivos. Es de esa manera que condiciones socioeconómicas radicalmente nuevas (neoliberalismo) fueron impuestas durante las décadas de 1980 y 1990: Estado mínimo, privatizaciones, precariedad, flexibilidad, desempleo en masa, salarios que ya no aseguran ingresos decentes, tantos cambios que hubieran provocado una revolución si hubiesen sido aplicadas de una sola vez.

4. La estrategia de diferir. Otra manera de hacer aceptar una decisión impopular es la de presentarla como “dolorosa y necesaria”, obteniendo la aceptación pública, en el momento, para una aplicación futura. Es más fácil aceptar un sacrificio futuro que un sacrificio inmediato. Primero, porque el esfuerzo no es empleado inmediatamente. Luego, porque el público, la masa, tiene siempre la tendencia a esperar ingenuamente que “todo irá mejorar mañana” y que el sacrificio exigido podrá ser evitado. Esto da más tiempo al público para acostumbrarse a la idea del cambio y de aceptarla con resignación cuando llegue el momento.

5. Dirigirse al público como criaturas de poca edad. La mayoría de la publicidad dirigida al gran público utiliza discurso, argumentos, personajes y entonación particularmente infantiles, muchas veces próximos a la debilidad, como si el espectador fuese una criatura de poca edad o un deficiente mental. Cuanto más se intente buscar engañar al espectador, más se tiende a adoptar un tono infantilizante. Por qué? “Si uno se dirige a una persona como si ella tuviese la edad de 12 años o menos, entonces, en razón de la sugestionabilidad, ella tenderá, con cierta probabilidad, a una respuesta o reacción también desprovista de un sentido crítico como la de una persona de 12 años o menos de edad (ver “Armas silenciosas para guerras tranquilas”)”.

6. Utilizar el aspecto emocional mucho más que la reflexión. Hacer uso del aspecto emocional es una técnica clásica para causar un corto circuito en el análisis racional, y finalmente al sentido critico de los individuos. Por otra parte, la utilización del registro emocional permite abrir la puerta de acceso al inconsciente para implantar o injertar ideas, deseos, miedos y temores, compulsiones, o inducir comportamientos…

7. Mantener al público en la ignorancia y la mediocridad. Hacer que el público sea incapaz de comprender las tecnologías y los métodos utilizados para su control y su esclavitud. “La calidad de la educación dada a las clases sociales inferiores debe ser la más pobre y mediocre posible, de forma que la distancia de la ignorancia que planea entre las clases inferiores y las clases sociales superiores sea y permanezca imposible de alcanzar para las clases inferiores (ver ‘Armas silenciosas para guerras tranquilas)”.

8. Estimular al público a ser complaciente con la mediocridad. Promover al público a
creer que es moda el hecho de ser estúpido, vulgar e inculto…

9. Reforzar la autoculpabilidad. Hacer creer al individuo que es solamente él el culpable por su propia desgracia, por causa de la insuficiencia de su inteligencia, de sus capacidades, o de sus esfuerzos. Así, en lugar de rebelarse contra el sistema económico, el individuo se auto desvalida y se culpa, lo que genera un estado depresivo, uno de cuyos efectos es la inhibición de su acción. Y, sin acción, no hay revolución!

10. Conocer a los individuos mejor de lo que ellos mismos se conocen. En el transcurso de los últimos 50 años, los avances acelerados de la ciencia han generado una creciente brecha entre los conocimientos del público y aquellos poseídos y utilizados por las élites dominantes. Gracias a la biología, la neurobiología y la psicología aplicada, el “sistema” ha disfrutado de un conocimiento avanzado del ser humano, tanto de forma física como psicológicamente. El sistema ha conseguido conocer mejor al individuo común de lo que él se conoce a sí mismo. Esto significa que, en la mayoría de los casos, el sistema ejerce un control mayor y un gran poder sobre los individuos, mayor que el de los individuos sobre sí mismos.

Noam Chomsky




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sábado, junio 01, 2013

Construir el Frente Popular hacia la III República

Toda Europa será en un futuro próximo un campo de batalla entre la Democracia y sus enemigos. Europa entera es hoy un gran casino para los especuladores financieros dirigido por ordenadores que compran y venden mercancías, acciones y productos financieros tóxicos de alto riesgo a un ritmo vertiginoso a través de complicados algoritmos; la vieja Europa no tiene ni petróleo ni gas natural, el que consume en grandes cantidades llega a través de guerras imperialistas usando como medio la estructura genocida de la OTAN; el cénit del petróleo barato y demás recursos fósiles ha llegado y las energías alternativas no podrán cubrir las demandas de un sistema capitalista voraz consumidor insaciable que caerá como una vagoneta en una montaña rusa. El reino borbónico de España sigue siendo el país títere de Francia, Inglaterra y Alemania al igual que lo fue durante todo el siglo XIX. Aquellos que hacen gala de ser españoles, de ser unos patriotas y de defender la rojigualda, en realidad son unos antirrepublicanos, unos antipatriotas que venden España al mejor postor o que la malvenden traicionando a su país buscando su propio beneficio personal.

Hay que ser conscientes: esta no es una crisis económica pasajera. Es una crisis profunda del capitalismo producida por el agotamiento del petróleo barato. Si el sistema se mantiene en pie es por el petróleo caro y de baja calidad que se extrae bajo las profundidades del mar; por las guerras para apropiarse de los recursos energéticos como ha sucedido en Irak, Libia, Afganistán, Siria, Mali…, próximamente Irán y quizás Venezuela…; por los aditivos que los químicos vierten sobre el petróleo para mejorar su calidad. Pero sabemos que esto no durará siempre.

El mundo se encuentra al borde del abismo y los políticos y los medios nos ocultan la información. Una terrible guerra podría producirse en el Océano Índico producido por el choque de potencias imperialistas por el control de recursos energéticos y rutas para su transporte. Mientras, los ministros y diputados neofranquistas y nacionalcatólicos del rey heredero de Franco aplican en España una legislación estranguladora que nos hunde todavía más en la miseria y que beneficia a la oligarquía.

Hay que unir todas las luchas del pueblo, todas las mareas y las plataformas sociales. Quien quiera cooperar útilmente en los destinos históricos de nuestros pueblos no tendrá más remedio que ser republicano/a. Esta sociedad española deberá tener algún día cabeza y manos y eso únicamente puede ser con la República. Sobre el corazón del pueblo español debe saltar la chispa del fuego venidero o nos hundiremos en las garras del fascismo.

Por ello la República debe ser un instrumento de operación revolucionaria, no solamente el elemento para barrer la estructura monárquica y franquista. Hay que formar listas republicanas y hacer los cambios desde dentro: en el Parlamento, el Senado y los Ayuntamientos. En los asedios al Congreso la gente indignada es apaleada, usada por el poder, multada y encarcelada. Y así la masa se desgasta, se pudre cuando es maltratada. Hagamos un esfuerzo titánico por construir el Frente Popular hacia la III República y ganar las próximas elecciones. El ciudadano/a solo puede formarse en el republicanismo, el laicismo, la libertad, la Justicia, la ciudadanía y la Democracia.

Hay que apelar a la dignidad y al poderío moral del pueblo español. Desde el Catedrático hasta el español que hoy pasa hambre y es desahuciado. Pero debemos organizarnos mejor y unir nuestras luchas hacia la III República. Imaginaos como Ministros a maestros/as, pescadores, mineros,… y como Presidente de la República a un campesino, a un camionero, a un médico o enfermero,… todos controlados por la Ley, la Justicia y el pueblo que les hará dimitir al más mínimo indicio de corrupción.

La Escuela Pública como idea republicana, justa y elevada, es el escudo de la Democracia; es también la punta de lanza de la Democracia. Quienes quieren destruir hoy la Educación Pública son unos antirrepublicanos.

La II República adquirió el nombre de la República de los maestros/as. La República creó el Plan Profesional para el acceso al Magisterio Nacional en 1.931. Pero con el golpe de Estado fascista a la República organizado por Franco, Hitler, Mussolini, Inglaterra y el Vaticano los maestros/as españoles fueron fusilados y depurados. Hoy quizás estemos pagando el precio en la Escuela Pública de aquello. El que se haya roto el hilo rojo de la memoria; el que esos maestros fueran sustituidos por gente que no tenía el título de maestro; el que nos falten referentes para llevar a cabo una obra de renovación pedagógica tal como saben hacer en los países nórdicos

La LOMCE tiene como objetivo, como Ley neofranquista, destruir la democracia en los centros educativos. Su objetivo es infiltrar la ideología neoliberal y promover la competitividad entre la población dentro del sistema educativo; clasificar y etiquetar al alumnado en función de pruebas; elaborar listas de rankings de centros, fomentar la empresa privada; imponer reválidas y altas tasas universitarias.

La República deberá crear un plan de Educación de la población española desmontado mitos históricos como la Transición, recuperando la obra olvidada de los intelectuales españoles asesinados por el franquismo o exiliados tales como la de María Enciso, Ernestina de Champourcín, María Teresa León, Adolfo Sánchez Vázquez, León Felipe, Petere y tantos condenados al ostracismo; rescatar la pedagogía de Francisco Giner de los Ríos y las Misiones Pedagógicas; acabar con la impunidad que goza el franquismo y declarar sus crímenes como de lesa humanidad y genocidio planificado con la ayuda de potencias extranjeras; derogar la Constitución de 1.978 y la Ley de Amnistía del 77.

La Constitución de 1.931, la más avanzada que ha tenido este país y nunca derogada, recalcaba en uno de sus artículos: “España es una República de Trabajadores de toda clase” y resaltaba esto porque la dignidad del pueblo español solo puede construirse sobre la base del trabajo, porque la Democracia solamente es posible construirla desde la base del poder que emana del pueblo, de los obreros, campesinos, pescadores, comerciantes, personal del servicio de limpieza, maestros/as, médicos, enfermeros/as, abogados/as,…, de los trabajadores/as al fin y al cabo.

Se os invita a crear y a defender la República; a la defensa de la política escolar pública que es igual para los pobres que para los ricos; a la defensa de la democracia; a la defensa de la Sanidad Pública, el trabajo y la vivienda; se os invita a hacer un acto de Justicia con mayúsculas.


César Alfonso Viñas
RPS Campo de Gibraltar




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lunes, mayo 06, 2013

¿Por qué no ha estallado aún la violencia en España?

Es uno de los comentarios más escuchados en los últimos tiempos en España: “Tal y como están las cosas, me extraña que la gente aún no haya salido a arrasar con todo”.

La “gente”, claro, son los demás porque quien lo dice suele expresar una mezcla de estupefacción, deseo implícito y temor a que estalle la violencia.

¿Por qué no ha estallado la violencia en España? Todos hablamos de la crisis pero no nos ha afectado a todos por igual.

Según estudios, los más desfavorecidos –el 30% menos pudiente- son los que más han mermado sus ingresos y su calidad de vida. Es decir, los parias… “Y los parias no suelen hacer las revoluciones –explica Florentino Moreno, profesor de Psicología Social de la Universidad Complutense-.

La historia nos demuestra que han sido las clases medias y los burgueses los que han encabezado las revoluciones, generalmente cuando sus expectativas se han visto frustradas. No fue el lumpen el que tomó La Bastilla, sino los comerciantes. De hecho, en los países más pobres, como los africanos, nunca se han producido revueltas políticas violentas”.

El factor frustración es troncal en la eclosión de la violencia colectiva. Según el modelo propuesto por Hugh Davis en 1962, un detonante de la violencia sería la “privación progresiva”, es decir el inconformismo creciente de un individuo posterior a la prolongada espera para obtener algo: “No solo estoy mal sino que me comparo con mis propias expectativas”.

“Es más probable que ocurra una revolución cuando a una época prolongada de crecimiento social y económico siguen períodos cortos de reveses agudos –explica la teoría de Davies- “… la gente aprende a esperar mejorar continuas”.

“Existen varios factores que explican la relativa paz social en España –respondeFlorentino Moreno-. Por un lado, la dispersión de la identidad social. Se han desdibujado conceptos como el sentimiento de pertenencia a una clase, muy fuerte en conflictos anteriores. A esta dispersión social hay que sumar una dispersión geográfica”.

“En relación con lo anterior, ha tenido lugar un largo proceso dehiperpsicologización de la población: nuestro problema es solo nuestro. Cada cual tiene que buscar su propia salida”.

“Un tercer factor –prosigue Moreno- es la percepción de que no se han agotado las alternativas no violentas: la violencia se ejerce por cambiar mucho, no por cambiar un poco”.

En el mismo sentido se aplica la deslegitimización de la violencia como herramienta de cambio en las últimas décadas, un zeitgeist opuesto al que se vivía en los años 70 y 80: “No existe nadie ahora mismo que tenga un discurso que justifique la violencia como reacción a la violencia del sistema. Con la posible salvedad de Negri, la violencia se considera un recurso último y muy devaluado”.

Cuando la violencia amenaza con llegar a las calles, el Estado y su brazo armado, la Policía, ejercen un “eficaz control social preventivo”, apunta Elena Ayllón, del mismo departamento de Psicología Social de la UCM: “La Policía está trabajando con mucha perspicacia para localizar y desactivar los posibles focos de conflicto antes de que estalle la violencia. Los líderes son reprimidos o bien las demandas de los colectivos más beligerantes son satisfechas”, explica. En caso de que esto falle, la violencia está “muy penalizada”, como demuestra el endurecimiento del Código Penal que ultima el ministro Gallardón.

Por último, pero no por ello menos importante, es la existencia de un “factor precipitante” –el último de los seis factores contemplados por el sociólogo Dinam Smelser en su modelo de 1962-, una chispa que prenda el combustible de la indignación, como fue el apaleamiento de Rodney King por la policía, que desembocó en los mayores disturbios del siglo XX en Estados Unidos o la muerte de dos adolescentes de origen africano en París, que desencadenaron una violentísima revuelta en Francia en el verano de 2005.


Iñaki Berazaluce



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