Hay tiempos que no vuelan. Se agazapan y comprimen en una Caja de Pandora. La caja mitológica de los males ha explotado. Esta vez, en forma de caos de voracidad financiera que impone el empobrecimiento cultural y económico, el enriquecimiento de los financieros, el desempleo y la sustitución de Gobiernos democráticos por tecnócratas designados a dedo.
El comunista Julio Anguita, quien bajo su dirección Izquierda Unida alcanzó sus mayores éxitos electorales, superando ampliamente los dos millones de votos en las generales de 1993 y 1996, alcanzando en este último año más de un 10% de los votos y 21 diputados) propuso el viernes 9 en el Ateneo de Madrid una respuesta: la ruptura que debió haberse producido a la muerte del dictador, la defensa de la República, y la salida de España de la zona euro para recuperar la soberanía nacional. Anguita formuló un plan que atienda al pensamiento para construir un nuevo orden, sin la complicidad de los partidos políticos mayoritarios con el capitalismo descontrolado, incompatible con los derechos humanos. “España ha perdido la guerra en aras de una ilusión ilusionista, la de una Unión Europea (UE) de moneda única. Hemos perdido la soberanía nacional sometidos a una sumisión eterna a la UE, que pretende convertirnos en lacayos: paro laboral, pérdida de la generación de jóvenes mejor preparados de nuestra historia, del derecho a la razón de la democracia”, dijo.
Recuperar el mando de la nación
Gobiernos que utilizaron las nacionalidades internas para conseguir apoyo en el Congreso a costa de transformar en producto de mercado el voto popular han hecho caso omiso de los intereses de la nación. Todo un trueque propio de fenicios que aplican al presente fórmulas para mantenerse en el poder.
El plan rescatador del caos propuesto por Anguita, fruto de un debate que mantuvo en Córdoba con hombres y mujeres deseosos de organizar focos de resistencia, se basa en una justicia social que devuelva los derechos de la democracia, la capacidad de crítica frente a medios de comunicación al servicio de las grandes empresas; otra ley electoral que respete el voto ciudadano a partidos minoritarios y evite que los dos grandes partidos capturen esa voluntad de voto; ética cívica, pública, colectiva; otra cultura, inteligente, crítica y participativa.
Del discurso de Anguita se desprendió una llamada a una formación de los alumnos que no sea solapada con un pretendido saber contaminado por ideología mercadista, que confunde un contenido de altura de los programas con la construcción de nuevas universidades y la proliferación de másteres a la americana, pagados por las familias, y que han desembocado en un destino fijado por los mercados: el aumento de las cifras de paro en los universitarios y, encima, pagando. Todo un caos.
Anguita reclama recuperar el mando de la nación. “Una rebeldía con causa”, afirmó. “Hoy los vientos que corren son contra la UE, que no ha logrado una convergencia entre lo político y lo económico. Sin unidad política sólo hay un Gobierno: el capital”.
En 1985, Julio Anguita, por aquel entonces, alcalde de Córdoba, se rebeló en un artículo publicado en Mundo Obrero, contra la intención del entonces presidente del Gobierno, Felipe González, de invitar a los ayuntamientos a dar licencias de construcción para erradicar el paro. Estupor e indignación manifestó el alcalde ante lo que consideró una medida que daba “vía libre a la inversión privada sin control que se hace con criterios de beneficio inmediato y voraz depredación, propia de gobernantes de derechas”, afirmó.
En 2008, y como rebote de la crisis hipotecaria estadounidense impuesta por el sector financiero globalizado, la diosa designada por Zeus destapó su caja en España con la explosión de la burbuja inmobiliaria, delatora de una burbuja general manejada por los bancos especuladores en la bolsa, que recurrieron a resarcirse de sus pérdidas de casino con créditos e hipotecas tramposas apoyadas por la ley que les concede no solamente sustraer viviendas impagadas sino que obliga a atacar a las familias que avalaron un crédito a los hijos. Victimas dobles, como en tiempos del Medioevo que castiga al engañado.
Bancos, especulación financiera, empresas constructoras ávidas de dinero y ayuntamientos corruptos que se saltaron los criterios urbanísticos han demostrado “el fracaso del modelo del ladrillo que ha terminado con el tejido productivo”, señaló Anguita.
El artículo de Anguita en Mundo Obrero, y otros muchos de su autoría rebelándose contra la política derechista de la socialdemocracia a la que se han apuntado los sucesivos gobiernos socialistas, aparecen en el libro ‘Combates de este tiempo’ que el exdirigente comunista presentó en el Ateneo de Madrid el pasado viernes.
Nueva época esclavista
“¿A quién engaña el Gobierno del PP cuando afirma que puede rebajar el déficit de 8,5 por ciento al 4,4 por ciento? Es imposible. Nos están devolviendo a la época esclavista que coloca a hombres y mujeres en la función de trabajar por la vida. Se nos ha prohibido pensar con un exceso de información y de imágenes. La UE y los mercados nos llenan siempre con el mismo discurso. La Historia se repite. Los problemas de hoy vienen del pasado. La angustia y el miedo es ver cómo avanzan la marea negra y el fascismo que niegan el pensamiento”, dijo Anguita.
El formateo de las mentes por los medios de comunicación, la sumisión de los partidos políticos a una ideología única, la del capitalismo, conducen a “la lógica que el PSOE apoya asumiendo la lógica del PP y que le ha conducido a autoderrotarse. Un limbo de resignación y miedo cultivado en el que proliferan entre los ciudadanos el `no quiero saber’ y el `hemos vivido por encima de nuestras posibilidades’, convirtiendo a las víctimas en culpables”.
¿Rubalcaba contra la reforma laboral? Rajoy le contestó: “¡Pero si usted lo empezó!”. “Una lógica del suicidio que quiere arrastrar a los demás con las redes de la sumisión” y que, para Anguita, “sólo se puede eliminar combatiéndola con otra lógica: la que devuelve la utopía y el pensamiento en el marco de una auténtica República”.
La nueva situación requiere, para el exdiputado comunista, una “ruptura con movilizaciones preparadas con la cabeza”. “En las de hoy”, dijo, “hay más siglas que ejército”. Un pensamiento que haga que la economía, como disciplina científica, retorne a ser dependiente del mandato político, convertido hoy en soldado de “un Estado de excepción que se ha comido la democracia representativa”.
Para Julio Anguita, España se encuentra en “una fase prerrevolucionaria que, paradójicamente, no tiene sujeto revolucionario”, derrotado éste por el miedo y la resignación. “Pero que saldrá adelante”, asegura, “con las personas dispuestas a plantear una guerra nueva (sin tácticas del pasado) con un ejército plural y una acción de ética política alternativa, que entienda la ruptura como algo mental”.
“Algún día”, dijo, “la gente se dará cuenta de que todo esto tiene un nombre: La República”.
Carlos París, filósofo y presidente del Ateneo de Madrid condujo la presentación del libro ‘Combates de este tiempo’. En un ambiente de solidaridad con el movimiento 15M, Miguel Pastrana, poeta, y secretario Segundo del Ateneo; Pedro García Bilbao, sociólogo y presidente de Unidad Cívica por la República, Agustín Moreno, sindicalista de CCOO en la Enseñanza, y Ricardo González Mestre, director de la editorial El Páramo, también participaron en el acto. En sus intervenciones apoyaron la República y la política del pensamiento frente al golpe de Estado financiero.
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