El nuevo déficit obligará al Gobierno a recortar 1.856.000 españoles.

De Guindos quiere que “parezca un accidente”

Los últimos y espeluznantes datos sobre el déficit público han causado un gran sobrecogimiento en el Gobierno. Al menos cuatro ministros derramaron ayer sus gintonics al conocer la noticia y fruncieron el ceño con un 8,5 % más de contrariedad de la que suelen mostrar habitualmente. Mariano Rajoy, visiblemente afligido y con dos nuevos tics faciales poco diplomáticos, ha declarado que los nuevos recortes que tenía preparados no van a ser suficientes para afrontar este nuevo mazazo, y ha dicho que no queda más remedio que recortar 1.856.000 españoles del total de todos los habitantes de España antes del próximo jueves por la mañana. El ministro de Economía, Luis de Guindos, ha pedido al ministro del Interior que el recorte “parezca un accidente” y que se respeten todos los derechos de los familiares de esos 1.850.000 españoles que se van a “recortar”. Angela Merkel ya ha felicitado al presidente del Gobierno por esta quirúrgica y valiente medida, aunque sigue presionándole en el escroto para que acometa el segundo paquete de recortes que ya estaba previsto anunciar en el mes de Marzo. Esos recortes, que afectarán no sólo a los ciudadanos sino también a máquinas, accidentes geográficos o medios de comunicación, se aplicarán también en los próximos meses, y ya han empezado a filtrarse a la prensa. Uno de los más espectaculares consiste en recortar cuatrocientos kilómetros el río Ebro para dejarlo en quinientos treinta, respetando todo su caudal y la mitad de las piraguas. Los semáforos de todas las ciudades españolas recortarán dieciocho segundos el tiempo de luz verde, y Twitter tendrá cuarenta y siete caracteres menos. Las piernas de los pensionistas, las alas de setecientas especies de pájaros, el alfabeto morse, la partitura de Tosca, las cuerdas de escalada y la siesta del borrego, son otros de los objetivos de los nuevos recortes. Por otro lado, las homilías de las misas de los domingos se prolongarán hasta la hora y media gracias a los ochenta millones de minutos que se les traspasarán del tiempo recortado a los semáforos y la siesta del borrego. También algunas publicaciones satíricas de Internet verán recortadas sus not