El Vaticano rechaza declarar beato a Camps después del juicio.

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La sutil, pero evidente aura celestial que rodeaba esta mañana la cabeza de Camps en el momento de acudir ante los tribunales tampoco ha servido para que Su Santidad Benedicto XVI reconsidere su decisión de denegar la declaración de beato “en vida” al expresidente de la Generalitat Valenciana. Tampoco los estigmas que mostraba el imputado en ambas manos, y por los que no dejaban de manar hilillos de sangre, llamó la atención de los congregados a las puertas del Palacio de Justicia de Valencia. El milagro que todo aspirante a beato tiene que haber realizado para ser considerado como tal, y que el expresidente afirma que ha materializado, parece que no acaba de convencer a los expertos de la Curia Romana y, por lo tanto, no se cumplen los requisitos para declararlo Beato Camps. Según los cinco médicos del Comité de Beatificación de la Santa Sede, el apoyo reiterado y sobrenatural de los valencianos al místico dirigente del PP no puede considerarse un milagro en sí, y “per se”, sino que se debería a un reblandecimiento colectivo de la pituitaria de los votantes causado por la misma humedad de la tierra valenciana, y que obnubilaría, puntualizan los galenos, la facultad de percibir el acto mismo de la corrupción. Se sabe, añaden los médicos, que determinados ratones de laboratorio, que han sufrido un reblandecimiento de esa glándula, tienden a sentir admiración desmedida ante los gatos, y se muestran despreocupados a su alcance aunque los felinos se los coman inmediatamente. Por otro lado, los rumores acerca de que Camps sea castigado con una sentencia ejemplarizante, en el caso de ser declarado culpable, empiezan a tomar fuerza entre los medios de comunicación. La condena de tres meses a ir en ropa interior por la calle o llevar los calzoncillos por fuera del traje podrían estar entre las más probables, aunque algunos de los abogados consultados por esta redacción creen que la sentencia no será tan dura. Rita Barberá y Alberto Fabra podrían permanecer orando en una capilla cercana al Palacio de Justicia mientras se produce en veredicto, sin comer ni nada.

Sherlock... buscando pistas

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