martes, mayo 17, 2011

A palos con los jóvenes.Mi agradecimiento por su lucha.

Artìculo de Pablo Iglesias en diario Pùblico.es ... 16 de Mayo de 2011
Veo en Facebook cómo algunos estudiantes de mi facultad se felicitan por el éxito de la manifestación de hoy y también cómo hacen recuento de moratones y contusiones por los golpes que ha repartido la policía. El vídeo reproducido por Público no deja lugar a dudas sobre la proveniencia de la violencia; varios robocops patean en el suelo a un joven indefenso.
La imagen no es nueva; casi no se distingue de las que vimos en las manifestaciones por una vivienda digna en 2007, en las protestas contra la Guerra en 2003 o en tantas otras movilizaciones. Y tampoco será nuevo el resultado: impunidad para los agentes (varios con pasamontañas y todos sin el número profesional visible en el uniforme), detenciones, acusaciones de desordenes públicos, de resistencia a la autoridad (y quién sabe de qué más) y, probablemente, varias condenas con las declaraciones de los funcionarios de policía como única prueba.
Ayer volví a ver, después de muchos años, La noche de los lápices de Héctor Olivera, una película basada en hechos reales que da cuenta de cómo fueron detenidos, torturados y asesinados, durante la dictadura militar argentina, un grupo de estudiantes de secundaria por su militancia en el movimiento estudiantil. Alguien dirá que no se puede comparar las dictaduras con las democracias. Por el contrario, lo que tiene sentido comparar es precisamente las cosas que son distintas; sería absurda una comparación, pongamos por caso, de un bolígrafo bic azul con un bolígrafo bic azul.
El primer elemento que comparten dictaduras y democracias, como cualquier régimen político moderno, es que las tareas de policía están encomendadas a un cuerpo profesional de funcionarios. Quien tramita una denuncia es un funcionario, quien investiga un robo es un funcionario, quien da una patada en la cabeza a un joven en el suelo antes de detenerle es un funcionario, quien aplica la tortura como parte de un dispositivo procesal —ya lo dijo Eduardo Galeano— es sólo un funcionario. ¿Cuál es la diferencia entre unos y otros? Hay quien hablaría de convicciones y de conciencia y seguramente nos diría que los policías de las dictaduras son distintos a los de las democracias. Concederemos que quizá sí, hasta cierto punto, aunque la experiencia histórica española dice lo contrario y los estudios de Bauman (Modernidad y Holocausto) y de Arendt (Eichmann in Jerusalem) demuestran que la diferencia entre un funcionario de la democracia y uno de la dictadura está en la autoridad que le da las órdenes. Como sabemos, la "obediencia debida" ha sido la coartada universal de todos los funcionarios que por las paradojas del destino se han visto en el banquillo de los acusados (desde Núremberg a La Haya pasando por Buenos Aires).
La segunda característica que comparten dictaduras y democracias es un cierto consenso social de veneración fetichista hacia la autoridad. La retórica de la "lucha contra la subversión y el comunismo" sirvió para que una parte de los argentinos mirara hacia otro lado mientras su gobierno arrojaba al mar a 30.000 compatriotas. Pues bien, aquellos que criminalizan las protestas de los jóvenes y se escandalizan al ver un contendor cruzado en una calle o una pintada en un banco mientras el paro juvenil alcanza niveles históricos, al tiempo que callan ante los abusos policiales (cuando no los justifican abiertamente), representan el mismo tipo de materia social sobre la que se construyen las dictaduras y sus crímenes.
Cuando la policía del gobierno del talante responde con violencia a los jóvenes que en este país se han tomado en serio eso de la Democracia, los demócratas debemos, al menos, indignarnos. Se atribuye a Ulrike Meinhof haber dicho que los policías no eran seres humanos sino cerdos. Si efectivamente la malograda fundadora de la RAF dijo eso se equivocaba. Es difícil encontrar una institución más universal que la policía a la hora de representar todas las expresiones de la modernidad racional del género humano (virtudes y monstruosidades incluidas).
Sin embargo, tanto a los que toman las decisiones de reprimir como a los que miran hacia otro lado o las celebran, bien debemos llamárselo: ¡cerdos!
por Pablo Iglesias Turrión es profesor de Ciencia Política en la Complutense.

 Hoy 17 de Mayo de 2011 se cumplen cincuenta y cuatro años de mi llegada a esta difìcil y a la vez amada vida.    
He recibido muchas felicitaciones de amigos y familiares por llegar a estos 54 años de vida, tambièn algùn que otro presente como regalo. Pero tengo que decir sin que nadie se sienta ofendido, que el mejor regalo que recibo siempre que llega mi onomàstica es el amor y el apoyo que me profesan mi esposa e hijos, asì como el del resto de familiares y el de mis amigos y compañeros. Realmente me siento feliz y satisfecho por ello. 
Pero hoy,  ademàs de ese tesoro que es recibir amor de los seres queridos,  he recibido una enorme satisfacciòn al leer el artìculo de Pablo Iglesias mencionado mas arriba. Mi satisfacciòn no es por ver a esos jovenes apaleados, si no por saber que hay una juventud que lucha por una Democracia demòcrata y por una Libertad. Por su Democracia y por su Libertad. Por la Democracia y por la Libertad de todos ellos y de todos nosotros.
Hubo un tiempo en que pensè que la juventud de hoy estaba demasiado acomodada con la lucha por sus ideales al vivir una època que aunque en crisis sì que està bastante acomodada en clara diferencia a la juventud que a otros nos tocò vivir en su momento. Y esta predisposiciòn de los jòvenes de hoy en la lucha por sus ideales ha sido un gran regalo de cumpleaños, pues aparte de decirnos claramente que hay una juventud dispuesta a la lucha por la libertad y por la democracia real, tambièn me ha transportado a mis años de juventud donde luchabamos por estos ideales en los que la libertad democràtica nos hace a todos iguales y sin distinciòn de color, religiòn, sexo o cargo.
Es pues que desde este humilde blog que escribo, quiero hoy, a mis 54 años, agradecer a nuestra juventud tan hermoso regalo. Y quiero felicitarla y animarla y apoyarla para que no ceda en la lucha, en su lucha por sus ideales. El mundo se mueve a base de mucho sacrificio. Es ese sacrificio el que dà el fruto deseado por la lucha realizada. No desfallezcàis y seguir demostrando que en esta España nuestra hay una juventud dispuesta a seguir luchando por lo que cree. A seguir luchando por lo que otros creìmos y seguimos creyendo, un mundo libre y democràtico con oportunidades para todos... y ¡Libre!. 
Es hora ya de dar oportunidad a que nos gobierne sangre fresca, pero sangre fresca de verdad, sangre joven, con ganas de llevar hasta el final la lucha de la juventud por un mundo mejor gobernado mas democràtico y mas libre. De todos nosotros depende, de los jòvenes y de los menos jòvenes. Se acercan fechas ya muy pròximas para solicitarlo. No nos relajemos por una batalla bien librada, debemos librar y ganar la guerra de nuestra libertad. El voto en la urna es nuestra arma democràtica. No lo olvidemos.
De nuevo ... ¡Gracias por vuestro regalo!.

Fernando Muñoz
....   (Hoy Sherlock no firma el artìculo, lo mandè a seguir buscando pistas y a por una tarta de cumpleaños)

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2 comentarios:

  1. Feliz cumpleaños Fernando.
    Otro amigo más se suma a las dos cosas: a tu onomástica y mi solidaridad con los jóvenes que luchan por la libertad y por una democracia real.

    Un abrazo.
    José Manuel

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  2. Muchas gracias amigo Jose Manuel. Me alegra mucho tu comentario y como dirìa Don Juan Carlos..." me llena de honda satisfacciòn".
    Mis felicidades tambièn a tì por ese maravilloso blog TRAINSCAPE sobre modelismo que me parece genial y extremadamente importante y necesario para todos los que somos aficionados a este mundillo del modelismo ferroviario.
    Por cierto aprovecho para decirte que quiero comentarte un par de cosillas en privado cuando puedas.
    Un abrazo Jose, y de nuevo GRACIAS

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Gracias por su comentario.