sábado, agosto 14, 2010

Precious "Push de Sapphire"

En su incansable lucha por encontrar pistas sobre los paraisos perdidos, Holmes descubriò que las familias disfuncionales son un lugar cada vez más común en nuestra realidad cotidiana y me contò una desgarradora historia de la pobreza.
Esta es la historia de Claireece Precious Jones, una niña que es sistemáticamente violada por su padre y por su madre. La narración arranca con el nacimiento de su segundo hijo a la edad de dieciséis años en ese ambiente de incesto y abuso. El primero de sus hijos nació con el síndrome de Down, fruto de las vejaciones de su padre, cuando ella tan sólo contaba con doce años. Su abuela se hizo cargo de él. Precious tiene una única escapatoria, la Escuela de Enseñana Alternativa, donde la carismática profesora Blue Rain la guiará por un camino recto hacia el progreso, su Graduado Escolar. Empujándola hacia el aprendizaje, la escritura y la independencia.
Push fue descubierta por Charlotte Sheedy, una agente literaria feminista. Generó tal interés sobre la obra que le llovieron multitud de ofertas a su escritora. El libro fue publicado por fin en 1996 por la prestigiosa editorial Vintage, editorial que ha publicado a escritores como Salman Rushdie, Philip K. Dick, Albert Camus, Raymond Chandler, William Faulkner, Richard Yates, Richard Ford, Cormac McCarthy, Alice Munro, Haruki Murakami, Vladimir Nabokov o Philip Roth. En este momento pertenece a una subdivisión de Random House, como saben, la editorial más potente en lengua inglesa. El tirón de ventas fue colosal.
El año pasado el director de cine Lee Daniels presentó una película titulada Precious, basada en esta estremecedora novela, en el Festival de Sundance ganando el Premio del Público y el Gran Premio del Jurado al mejor drama, así como un Premio Especial del Jurado a la mejor actriz de reparto, Mo'Nique. Ganó el People's Choice Award en el Toronto International Film Festival en septiembre y en Cannes no dejó a nadie indiferente. Si la ven fíjense bien en una de las trabajadoras de la guardería. Es Sapphire. Un genio de las letras.
En Harlem, 1987, una joven obesa e iletrada llamada Claireece Precious Jones vive en un vecindario marginal soportando un duro presente: su madre se aprovecha de su nobleza, su padre la violó en continuas ocasiones y tiene hijos pese a sus decisiones. De cualquier manera, soportando el hastío constante de una vida en problemas, Precious intentará salir adelante aprendiendo a leer y buscando contención en una escuela alternativa.
Atravesada por distintas problemáticas (pobreza, analfabetismo, incesto y maternidad bastarda) la película sostiene un ritmo trepidante que lleva a sufrir en carne los pormenores de la protagonista. Las escenas violentas son tan logradas y están tan bien ambientadas (un trabajo con los oscuros excelente) que hacen del largometraje un instintivo y visceral documental de contexto encubierto en brillante ficción.
Nominada a 6 premios Oscar, el film Preciosa (Precious: Based on the Novel Push by Sapphire, 2009) posee un interesante nivel de poesía a la hora de evadir con imaginación problemas severos de la cotidianeidad. Cuando la protagonista está en momentos embarazosos, siempre imagina una existencia paralela junto con un buen hombre que la proteja. Un escape que la mantiene viva hasta las últimas consecuencias.



Con un elenco repleto de mujeres influyentes y talentosas (la debutante Gabourey Sidibe como la adolescente que da nombre al título; Mo’Nique como una madre totalmente sacada; la bella Paula Patton como Miss Rain, personaje que intentará darle educación a la protagonista; Mariah Carey como Mrs. Weiss en un papel sobrio y destacado), Preciosa es la segunda película de Lee Daniels quien, además de contar con un destacado grupo de actores, tuvo la suerte de tener a, por ejemplo, Oprah Winfrey (la Susana Giménez norteamericana) como una de las principales productoras ejecutivas. Deambula también por el cast: Lenny Kravitz como un simpático enfermero.
De carácter e intenciones “indie”, este drama del universo femenino encuentra su lugar en el mundo al anclarse en un espacio lamentablemente cotidiano: ser madre sin los recursos para serlo. Por otra parte, la calidad del film (en su todo gestáltico: guión, historia, interpretaciones, montaje y experiencias cinematográficas realistas) es directamente proporcional a la gente que está entrometida en el proyecto. Grandes talentos, algunos nuevos, otros consagrados, en el filme que va a arrasar en taquilla (si la conciencia acompaña). Enorme película.
Al final del libro podrán devorar la rugiente calidad literaria de Nuestras vidas: el libro de nuestra clase en el que las diferentes alumnas de la Escuela, todas ellas con vidas lacerantes y un pasado displicente, escriben el relato de su existencia. La verdad brota con la fuerza poética de la supervivencia y la catarsis. Es admirable. Durante la lectura encontraremos todos los fantasmas de la raza negra, sus controversias con los blancos y su empuje de dignidad. El claroscuro del amor y la rabia. Si intento imaginarme ahora a Precious Jones, la visualizo en un aula, pero esta vez de profesora. Como una ciudadana íntegra, solidaria. Preciosa.
Precious es un desgarrador relato del horror y la pobreza en Harlem tocado por la belleza.

Crítica

Luces y sombras

JAVIER OCAÑA "Me hicieron repetir a los 12 porque tuve un crío de mi padre. Eso fue en 1983. No iba al cole desde hacía un año. Y éste va a ser mi segundo hijo. Mi niña tiene síndrome de Down. Es subnormal". Las cuatro primeras líneas de la novela Push, de Shappire, no dejan lugar a dudas. Hay poco hueco para sentimentalismo, delicadeza, condescendencia, adorno o corrección política (la palabra subnormal ha quedado desterrada de cualquier texto o conversación que no invite a una riada de cartas de protesta). Aún no se ha dicho que la protagonista tiene obesidad mórbida, que es maltratada física y moralmente por su madre, que no tiene un rostro ni mucho menos agraciado...
Con semejante material, o te lanzas a la piscina y conviertes la novela en un soberbio navajazo a traición y que lo aguante quien pueda, o rebajas el tono para que te quede un telefilme de sobremesa sobre la fuerza del ser humano para salir del pozo con tesón, personalidad y un poco de ayuda. Lee Daniels, director de Precious, su adaptación al cine, se ha quedado a medio camino entre ambas opciones. ¿El resultado? Un cargamento de premios del público en infinidad de festivales y un puñado de candidaturas a los Oscar. ¿Una gran película? No.
Daniels y su guionista, Geoffrey Fletcher, a la manera de los sueños musicales de la chica ciega de Bailar en la oscuridad, han creado unas secuencias oníricas en las que la rana se convierte en una princesa de cuento que recibe elogios y sonrisas entre aplausos y luces de neón. Desde luego, ejercen de licuadora de la tragedia, al tiempo que sirven para contraponer, también en ese estilo alucinatorio, los fugaces flashbacks con las violaciones del progenitor. Eso sí, ni rastro de párrafos de la novela como el que sigue: "Yo sigo flipando por haber tenido un bebé... Sabía que si un tío te mete la picha dentro y te echa un líquido blanco dentro del coño, te puedes quedar preñada...". Precious es un canto a la superación con un personaje demoledor y unas interpretaciones excelentes, pero nunca un coherente retrato de grupo.
Por un lado, sus compañeras de colegio lo mismo la machacan que están a su lado, según demanden el equilibrismo emocional y los caprichos del guión; como tampoco hay una verdadera graduación en la salida del túnel.
Por otro, al menos se ofrece una secuencia clave para que el personaje de la madre intente defenderse, para alejarla del monigote. Luces y sombras de un personaje para recordar, no de una película para recordar.

Y al final... ¿qué tenemos? Una obra más que digna sobre cómo la palabra puede sacarnos de la miseria y con suerte encontrar ese paraìso perdido.

1 comentario:

  1. Es entonces, con los personajes construidos (el padre violador y pederasta, la madre abusadora y opresora, la víctima incapaz de liberarse) cuando Lee lanza líneas de referencia que no solamente le dan verosimilitud a su relato, sino que redondean la propuesta de ese nuevo pensamiento en el cine gringo. En la tele de ese Nueva York de los ochenta, Precious ve La ciociara de Vittorio De Sica, uno de los directores emblemáticos del neo-realismo italiano; y entonces las cosas cobran aún más sentido. Esos escenarios (en Italia y Nueva York) externalizan no solamente la decandencia de los adultos que rodean a Precious, sino el propio interior de la chica, derruido, derrumbado, destrozado, arrasado. Si alguien a estas alturas de la película pensaba que todo lo que ocurría era demasiado, la liga con De Sica y las tragedias (incluso sexuales) de La ciociara, solidifican la enorme lista de desgracias en la pantalla. La brújula apunta al norte y hacia allá vamos.

    Así, en esa época y con un hijo con síndrome de Down y enferma en todos sentidos, Precious es también reflejo de una época -en este caso de los Estados Unidos- la de la cruda (moral, física, emocional, intelectual) de generaciones anteriores; una generación educada casi por sí misma, desorientada, pero obligada a enfrentar al mundo de fines del siglo XX, a educar a hijos diferentes y a incluirlos en una sociedad que hasta la fecha no está preparada para eso. En pocas palabras, Lee ejercita el retrato y la crítica social a través de su personaje.
    De cualquier manera, Precious es, como toda película sencilla y elemental, mucho más poderosa de lo que se detecta en la primera impresión.

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